domingo, 25 de noviembre de 2012

Sudoku

SUDOKU


Significado
La palabra sudoku viene de la frase japonesa: "suji wa dokushin ni kagiru", que significa "el número debe ser único" o "sucede solo una vez". El nombre fue cambiado luego a Sudoku, para hacerlo más corto. Otra manera de describir el juego es "solitario con números".

Historia
Su origen viene de los "cuadros latinos", un concepto desarrollado por el matemático suizo Leonhard Euler, en el siglo XVIII, en el cual los números aparecían en una cuadrícula solo una vez, vertical y horizontalmente.
A fines de los 70s Dell Magazines en los Estados Unidos empezó a publicar lo que ellos llamaron "number place", usando el concepto de Euler con una cuadrícula de 9 por 9.
A mediados de los 80s la Compañía Nikoli introdujo el sudoku en Japón y utilizó el nombre largo “suji wa dokushin ni kagiru”.


Reglas
El objetivo del juego es llenar las casillas vacías de manera que en cada columna, fila y sección de 3 por 3, aparezcan los números del 1 al 9 sólo una vez. Algunas casillas contienen un número conocido como "número dado" o "pista".

Solución
Hay muchos métodos pero el que manejo es el de revisión y marcado. 
Cuando se revisa se mira a simple vista cuál número podría ser marcado. Suelo comenzar con los cajones de 3 por 3, luego con las columnas y por último con las filas. Cada vez que un número encaja empiezo de nuevo: primero los cajones o secciones, luego las columnas y luego las filas.
El marcado se refiere a señalar los posibles números en cada casilla, escribiendo bien pequeño todas las posibilidades y cuando se encuentra el número correcto se borra ese número en las demás casillas.

Niveles
Hay incontables variaciones del juego. He encontrado desde sudokus por colores hasta uno que contiene el abecedario (en una cuadrícula de 26 por 26), o incluso algunos con letras en los que al final se puede leer una palabra horizontal o verticalmente. 

Comentario


Comentario sobre “El origen y  evolución del español” de Sergio Zamora

Varias cosas llamaron mi atención en el texto de Sergio Zamora “La historia del español. La evolución de los últimos cinco siglos”; la primera de ellas es que hace una brevísima introducción para luego enumerar algunos cambios significativos de ciertos fonemas. Si bien la descripción que hace de estos cambios es detallada, no hay un punto de referencia al cual se dirija el lector. Es decir, faltan ejemplos que ilustren a qué se refieren esos cambios, dejando a la deriva información que bien podría ser útil para entender ciertas características del español contemporáneo.


Otro punto que me cautivó es que en algún momento de la historia el español se consideró la lengua dominante de la península Ibérica, aún siendo ésta el resultado del aporte de varias culturas tan diferentes como la romana, goda, hebrea y árabe, además de otras tantas propias de la península. Y lo más impactante es fue considerada la lengua diplomática de la época (primera mitad del siglo XVIII), de tal manera que otros países quisieron aprenderla, como en Francia, Italia e Inglaterra!


Un aspecto interesante del idioma es que “incorpora palabras originarias de tantas lenguas como contactos políticos tenía el imperio”, lo que hace del español un idioma con un rico léxico; adquiriendo así palabras provenientes del italiano,  gallego, “americano” (quechua, guraraní, arawak, náhuatl), y ahora también del inglés y del francés.


Sin embargo los estudiosos muestran que también tenemos herencia germánica en nuestro léxico, y no es posible dejar de lado el vasco que introduce el sufijo –rro y algunos vocablos con éste. Incluso el árabe deja su huella en el español debido al largo asentamiento de este pueblo oriental en la península Ibérica, huella que aún hoy es indeleble debido a la multitud de vocablos que en el presente utilizamos provenientes de su lengua desde hace varios siglos.


Al hacer una aproximación al origen de los idiomas es posible deducir que, si bien cada uno tiene un origen más o menos claro, la conformación y estructuración de una lengua obedece a patrones sociales, culturales, políticos y educativos con los cuales una comunidad determinada decida vivir y adquirir. Cada idioma se va conformando entonces, debido a las necesidades de una sociedad determinada, y  se ve alterado con las relaciones comerciales y políticas que dicha sociedad vaya adquiriendo.


Cabe entonces preguntarse si, con el creciente fenómeno de globalización, el español que hoy conocemos no es más que un momento en la historia del idioma, idioma que continúa en construcción obedeciendo a los cambios impuestos interna y externamente.